Ji Lee es el creador de este curioso proyecto de arte público llamado “Mysterabbit”: 10.000 réplicas de un conejo miniatura en pose de meditación hecho con impresoras 3D. Estos “conejos misteriosos” fueron dejados de manera aleatoria por todo el mundo, para ser encontrados, fotografiados y capturados por los transeúntes.
Fue en 2013 cuando el artista y diseñador de origen coreano Ji Lee tuvo la idea de crear una intervención urbana para invitar a llevar un ritmo de vida más tranquilo en la ciudad. Su objetivo: que la gente se tome una pausa para disfrutar pequeños placeres en medio del día a día. “Esperamos que Mysterabbit detenga a las personas de sus rutinas diarias y, por un pequeño momento, se pregunten por su misterioso y recién encontrado regalo”, dice Ji Lee.
Todas las fotos fueron compartidas por el sitio mysterabbit.com —actualmente, dado de baja— y fueron enviadas por los usuarios que participaron de esta iniciativa.
Pero, ¿cómo lograron instalar 10.000 conejos en miniatura por todo el mundo? La respuesta es simple: acción colaborativa. En el sitio oficial de Mystrabbit, los creadores publicaron para descarga libre el diseño del conejo meditando. Cualquier persona con acceso a una impresora 3D lo podía descargar e imprimir. Si no tenías una impresora 3D, ellos se ofrecieron por un tiempo a enviar por correo un conejo a tu dirección. El compromiso era situar la pequeña figurita en el espacio público, fotografiarla y dejarla ahí como sorpresa para los peatones. De esta forma fue que el conejo logró tener presencia a lo largo y ancho de todo Estados Unidos, Brasil, Botswana, Islandia y Corea, entre otros países.
“Cada día, se nos va nuestro tiempo constantemente haciendo cosas: yendo de un lugar a otro, trabajando, comprando, revisando nuestros teléfonos, pensando en el pasado y preocupándonos por el futuro. Rara vez nos detenemos y disfrutamos el momento. En esta vorágine, terminamos perdiéndonos los momentos bellos de la vida que pasan a nuestro lado sin darnos cuenta. Mysterabbit fue creado para interrumpir ese ciclo”, sostiene Ji Lee, el creador de este proyecto.